"Después del juego es antes del juego"
Sepp Herberger

lunes, 18 de mayo de 2015

De Mint a Manjaro, pasando por Elementary.

El PC que uso en el trabajo, con Mint 12 Lisa-Mate ya olía a PPSOE, un olor rancio y anticuado: muchas aplicaciones estaban obsoletas. Como en los otros PC que tengo había instalado recientemente Mint 17 Quiana-XFCE me apetecía probar otras cosas.

Tenía mucho interés en probar Elementary OS, y aprovechando la reciente aparición de su última versión, Freya, con base Ubuntu 14.04 me decidí a encasquetarla en el PC. La instalación fue trivial y tras el arranque me encontré con un entorno muy cool y limpito, como muy para votantes de Ciudadanos, pero con pocas aplicaciones, también como para votantes de Ciudadanos. Lancé la instalación de las aplicaciones que uso normalmente con un apt-get install tocho y cuando acabó me puse a enredar un poco con el entorno. Entonces me di cuenta que la cosa no iba fluída. Intenté reproducir un vídeo muy relajante que tengo para pruebas, descargado con youtube-dl y vi que iba a saltos. Carajo, seguro que es la tarjeta de vídeo, ¿que pasa ahora contigo, Ubuntu?. Bueno, pues abreviando: probé múltiples configuraciones con 3 tarjetas de vídeo distintas (ATI, Nvidia y UniChrome), bastante antiguas, todo hay que decirlo, perdiendo varias horas y no hubo manera: el vídeo y el entorno gráfico tenían un lag considerable. Podía dedicarme a averiguar donde estaba el problema pero no me apetecía.

Llegado a este punto en diversas cuestiones de la vida, siempre me hago la misma pregunta: ¿qué haría Gengis Kan en esta situación?. Efectivamente: mandar a la puñeta al Elementary y machacarlo probando otra cosa.

¿Y ahora que instalaba?. Tenía ganas de seguir probando algo nuevo y tenía otro Linux pendiente en la recámara: Manjaro. Un Linux con fama de ligero y agradable y además basado en Arch Linux, que es una familia con la que nunca he trabajado. Dicho y hecho: bajé e instalé la version XFCE en un periquete. Otra vez la instalación fué sencilla (como ha mejorado la cosa desde mi primer Slackware hace 20 años) y esta vez arranqué y lo primero que hice fue probar el vídeo en cuestión. Para mi sorpresa iba allegro molto troppo, mas fluído que nunca. Y el resto del entorno también: hacía tiempo que no me iba tan ligero el PC.

Instalé varias aplicaciones típicas viendo que el gestor gráfico de paquetes no es muy distinto de synaptic pero ante mi sorpresa... vi que algunos paquetes se descargaban y compilaban en mi máquina antes de instalarse (como un Gentoo Linux, que gracioso) y para otros se descargaba la versión .deb, se hacia algo con ella y se instalaba ya en el formato de Arch. Sorprendente. Incluso pude instalar desde repositorios los drivers de la impresora Brother nueva, cuando en Ubuntu y Debian había tenido que bajar los deb de la página de Brother e instalarlos a mano. Cuando averigüé el nombre de las utilidades de gestión de paquetes de línea de comandos vi que tenían  nombres tronchantes: Pacman y Yaourt, parecen dos personajes de Historias Corrientes.

Bueno, pues me gustó tanto que este fin de semana he mandado al averno el Mint que tengo en el Netbook y he instalado el Manjaro Netbook Edition, optimizado para Netbooks con procesador Intel Atom y con un entorno XFCE configurado de forma bastante curiosa, como un Unity de andar por casa:

muy adecuado para pantallas pequeñas. He estado afinándolo en ratos muertos y ciertamente el Netbook ha revivido.

Para acabar, en Un mundo feliz, de Aldous Huxley, dicen que el soma tiene "todas las ventajas del cristianismo y del alcohol; y ninguno de sus inconvenientes". Bueno, pues Manjaro-Arch tiene todas las ventajas de Debian y Slackware, y ninguno de sus inconvenientes. Creo que este es el comienzo de una larga amistad.


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